jueves, 23 de mayo de 2013

HEVANGELIO



No te has ido y he dibujado este paisaje
en el más cerrado círculo de la hoja.
El tiempo sigue fluyendo como un río de forma infatigable.
Es cosa de soñar, vivir como un ave.
Así también la mar, la tierra pronuncian sus sílabas.
Se repiten en el día, en aquel siniestro de las cosas.
Así también uno es el seducido, el callado y el apasionado
hombre que va recorriendo un camino en este día.
Así también uno es el venidero que se repite cada mañana
al despertar si habrá cambiado el mundo.
Entonces me he dormido al dedicarte estos versos.
Entonces soy el río, aquel árbol, aquel viento
elevando pájaros, madurando frutos.
Entonces el aire mojado de otoño y el sol de verano.
No te has ido y he escrito este poema,
para tu deleite, para quien alcance a oírlo.


 

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